CONGRESO SIP (SOCIEDAD IBEROAMERICANA DE PRENSA)
Seguimos con las notas recicladas del cuaderno de viajes.
Complejo turístico Casa de Campo en República Dominicana
En Santo Domingo, mejor República Dominicana, todo ocurre en cinco minutos. La vida entera se reduce a esa frase sonriente que nadie cree y todos manejan. La R.D. se esconde, a los ojos del turista, tras un muro de lujo y ghetos de verdor. No se cómo son, sólo he podido intuir una pequeña ciudad que, el viernes por la tarde, se preparaba para ser feliz. Y tras esa visión fugaz, vuelta al zoo, al silencio cómodo y la negación de la realidad.
Casa de Campo es un campo de concentración, un agujero negro en el que nos niegan todo bajo la manta del lujo.
Y el lujo cuesta: 50$ por un desayuno, casi 200 por dormir y fuera, el mundo corre por otros caminos, otras risas y otras tragedias intuidas; incluido Tahití, reino del horror completo y la miseria mas absoluta.
El presidente de la republica baila y hace facha de vendedor ambulante; habla como si el auditorio fuera tonto y sus voces no pasan del “merengue now”, única parte cierta de sus mentiras.
Juan Luis Guerra cuenta penas a ritmo de guaracha, salsa, y merengue; pero nadie quiere oír.
Clinton hace un retrato de la miseria sanitaria, educacional y ambiental y nadie escucha.
Somos como somos y nos perpetuamos unos a otros. Traemos a Clinton al congreso y quedamos bien.
Lo que diga, nos la sopla.
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