Momento de la traición -una más -del PNV a la República.
Hoy, le pide al PSOE que ayude a Bildu a destruir la democracia en el país vasco.
Y el otro le hace caso: para no creer.
El país vasco parece instalado en una especie de limbo de las ocasiones perdidas; una especie de secuencia sin fin en la que se perpetúa el absurdo gracias al imperio del miedo, bien físico o bien político.
Miedo físico, miedo de muerte y de peligro se ha tenido –espero que se mantenga el pasado – durante décadas; un miedo completo y cerrado que ha impedido el ejercicio de la libertad, de la opinión y de la normalidad. Un miedo que llegó a tal nivel que las calles se llenaron, un día, de miles de ciudadanos que quisieron defenderse del miedo y expulsar de sus vidas a los que las llenaban de muerte y de sombras. Fueron los días del espíritu de Ermua, aquellos días en los que el espanto de un asesinato atroz se transformó en indignación colectiva y el pueblo tomó la vida de Euskadi queriendo expulsar a los terroristas. “Tenemos miedo” dijeron los causantes del miedo; los mismos que, durante años, habían llevado el miedo a las casas ajenas se veían ahora odiados, arrinconados y expulsados de la vida de sus pueblos.
Entonces casi se consigue, pero fueron los partidos políticos los que tuvieron miedo de quedarse al margen y consiguieron traicionar ese movimiento para mantener, como estaba, el panorama político. Pasaron años de decepciones, de cobardes ambigüedades del PNV, de negociaciones traicionadas, de presión policial y la lógica parecía imponerse para colocar a ETA en el lugar que le corresponde: la historia negra y siniestra de un absurdo.
Se había forzado la ley para eliminar cualquier apoyo electoral a ETA y sus sicarios; Eta la había terminado de fastidiar asesinando a un gendarme en Francia; las detenciones se sucedían a un ritmo impensable; los etarras capturados tenían más aspecto de mendigos desharrapados que de comandos terroristas y con toda esa corriente favorable a la extinción de ETA por agotamiento, llegaron las elecciones de este año para consagrar el reinado del absurdo bajo el nombre de Bildu.
Dicen los axiomas que no hay que cambiar lo que funciona, pero eso no rige a la hora de asegurase el apoyo de los presupuestos del próximo ejercicio y prolongar la agonía de los socialistas en el poder. El PNV era, y es, necesario para apoyar parlamentariamente a Zapatero y el precio de ese apoyo ha sido la permisividad con la participación electoral de Bildu. Otra vez el PNV se coloca en el lado oscuro – Pacto de Santoña con las tropas italianas en Agosto de 1937 “En estas circunstancias se llegó a un acuerdo a espaldas del gobierno de la República, por el que el Ejército Vasco ( bajo mando del PNV)se rendiría, entregando sus armas a los italianos” - esta vez exigiendo al gobierno la aceptación de los abertzales conectados con ETA en las elecciones.
El PNV sigue esperando, bajo el nogal, la caída de las nueces que otros propician, sea a costa de lo que sea; mientras que el Gobierno, en lugar de cerrar filas legales y lanzar la patada a seguir al tribunal de la Haya, Estrasburgo o las Chimbambas, se aviene a la vergüenza de presionar al TC y permitir que en las instituciones vascas se den espectáculos penosos y se actúe de espaldas a la ley general del estado.
Bildu puede promover iniciativas legislativas para conseguir sus fines, lo que no puede hacer es usar el poder legal para ejercer acciones ilegales. Bildu debe ser sancionada conforme los tribunales vayan dictaminando la culpabilidad de todos aquellos que hayan actuado al margen del ordenamiento jurídico. Alcalde que no coloca la bandera, inhabilitado; corporación que actúa ilegalmente, o da apoyo a los terroristas, inhabilitada y así con todo, sin perder la compostura en ningún momento, que la cosa ha salido de la política para entrar en la zona de los jueces y los fiscales. Tan simple como eso, que para eso son independientes.
En cuanto a las víctimas, más solidaridad que nunca: debe ser especialmente siniestro ver a los sicarios ejerciendo el poder y escupiendo a la cara de los que tanto sufren su desprecio y su chulería desde los estamentos que deberían ayudarles. Más tiempo y muchos más problemas para llegar al final que todos sabemos que tiene que llegar, pero no así; especialmente, no así.
Creo que ni a las víctimas se les puede conceder la venganza, ni a los asesinos la capacidad de reivindicar la justicia y la validez de los asesinatos; pero la actuación de este gobierno ha permitido lo segundo. Una verdadera desgracia y una irresponsabilidad vergonzante y dolosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario