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miércoles, 3 de abril de 2013

El enemigo interior



Antes de la marea

Los peores desastres, sociales y militares, así como personales, siempre han sido provocados no por los enemigos jurados y declarados, sino por aquellos que fueron considerados “cercanos” o “amigos”. La monarquía española ha pasado los años de reinado de Juan Carlos planificando sus posiciones y sus luchas contra una izquierda republicana que permanecía adormilada y aplastada por la enorme sombra social del 23 F y una corriente de opinión favorable a un rey que no era cuestionado.

Tras pasar años vigilando la lejana izquierda y a la cercana ultra derecha ultramontana y recalcitrante, la explosión que amenaza con volar la institución se ha producido dentro, en el mismo patio de armas del castillo, al pie de la torre del homenaje: los cimientos tiemblan y la cuestión ya no es si uno u otra serán procesados, condenados y encarcelados, no: la cuestión es salvar la casa de la ruina y el embargo popular.

El caso Noos amenaza al rey y al heredero, destroza credibilidad y prestigios dejando a la monarquía inerme ante los avatares de la tormenta que arrecia fuerte y amenaza con volar tejados e inundar sótanos hasta el derrumbe total.

No se que harán esos partidos que ahora, sumidos en su propio desastre, miran a la monarquía dudando entre salvar la institución o mirar hacia otro lado y dejar que el populacho hable de los de sangre azul y no de los los sobres amarillos o los ERES “coloraos”.

La crisis llega para todos y nadie se libra, aunque hay diferencias y unos la sufren sin culpa y otros provocan desastres de forma dolosa y culpable.

1 comentario:

  1. Lo de la sangre azul esta muy superado, y la corona esta en el aire porque se lo han buscado, como bien dices su crisis nada tiene que ver con la crisis impuesta a la que se enfrenta la gente honrada. Y es que la vileza que se ha destapado en el caso Nóos va más allá de la delincuencia, nos muestra lo desalmadas que pueden ser las personas enfermas de codicia.

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