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domingo, 7 de julio de 2013

El imperialismo de la caspa


Pues era verdad
Evo Morales no puede ser considerado un ejemplo de lo que debe ser un Presidente; Evo Morales es una ofensa lanzada a la cara de la política seria y democrática, pero da la casualidad de que Evo Morales es el presidente electo de un estado soberano y Europa -no sólo España, que también - se ha cubierto de ridículo y de prepotencia colonialista a la vez que se arrodillaba ante los USA.
En el caso concreto de España, hay que recordar que nuestro espacio aéreo ha sido atravesado por bastantes aviones cargados hasta las ventanillas de detenidos ilegales camino de Guantánamo mientras nuestra diplomacia, en bloque, silbaba el Barras y Estrellas sin una baja, lo cual nos coloca, más allá de a los pies de los pies de los caballos montados por ventajistas y demagogos ante un bochorno interno que nadie puede evitar.
La diplomacia española ha sido, además de soberbia, idiota, absurda, sobrada, chapucera, basta, grosera, maleducada e ineficaz. Ha negado los principios universales de lo que la diplomacia es y representa y además, ha actuado de matón de bario ante un Presidente electo cuando todos sabemos que no hay lo que hay que tener para pedirle, con mala leche, el plan de vuelo a un bombardero de la base de Rota. ¿Que funcionario lo haría? ¿Qué embajador se hubiera venido arriba al pedirle papeles a un simple general americano al mando de un vuelo cualquiera, no ya a un secretario de Estado?
Estos chicos del PP, que suelen hacerlo bastante mal en general, parecen empeñados en cagarla con especial dedicación cuando la cosa tiene algo que ven con Latinoamérica. ¿Se olvidarán algún día de esos falsos mitos imperiales con los que el franquismo bombardeaba los programas de la historia en los colegios? ¿Todavía estamos con lo de los indígenas convertidos al cristianismo y a la civilización?
Por favor, que alguien le patee las pelotas al responsable del ridículo y que Rajoy pida disculpas de forma solemne para que dejemos de hacer el idiota de una puñetera vez. España y Latinoamérica tienen muchos deberes pendientes, pero estos actos no están en el programa, de verdad.

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