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sábado, 15 de enero de 2011

Juro que es verdad

Los cuatro caballos del apocalipsis al servicio de la caverna televisiva.
Casi nada la que se nos viene encima.
Hoy es un día en el que tengo que hacer un verdadero esfuerzo para intentar comprender la mente de mis contemporáneos. Es verdad que mis estudios de psicología me ayudan un poco, pero muy poco si tenemos en cuenta el tamaño del desvarío que tenemos que afrontar un día si y otro también. El título de la entrada de hoy es pertinente, comedido y justo dado el contenido previsto para este rato de soliloquio con el teclado. Aunque nadie se lo crea, hoy tengo al intención de escribir sobre aquellos que dedican sus horas a especular sobre la importante y trascendente, además de habitual, cuestión de la Parusía.
Lo primero, tranquilos todos aquellos que tuvimos la suerte de no estudiar en colegios de curas, que para eso está Wikipedia, no faltaba más: ”La Parusía, para la mayoría de los cristianos, es el acontecimiento, esperado al final de la historia, de la Segunda Venida de Cristo a la tierra, cuando se manifieste gloriosamente.” Vamos, lo normal; que todos, quien más quien menos, un par de horitas al día le dedica al tema en las charlas de café o tomando una cervecita con los colegas. Os aseguro que el día que yo no he reflexionado sobre el tema es como si me faltara algo y esa noche duermo mal.
Los que ocupan el tiempo en la antena de Intereconomía han captado la verdadera causa de la insatisfacción del ciudadano medio, que no es otra que la enorme inquietud que despierta en sus almas la incertidumbre sobre el momento exacto en el que tendrá lugar el segundo paseo de Jesús por el vecindario, no vaya a ser que les pille con la salita sin limpiar o sin anisete para las visitas y la vayamos a cagar.
El director del programa Lágrimas en la lluvia, Juan Manuel de Prada, dedicó el tiempo de la amena tertulia a analizar los actuales tiempos de descoco y de ignorancia que nos han llevado a ignorar, en nuestra vida diaria algo tan trascendental como(sic) “El Apocalipsis de San Juan, que es el Evangelio de las realidades últimas, (que) ha sido confinado a la categoría de libro esotérico, de lectura poco menos que desaconsejada; y la Parusía ha desaparecido casi por completo de la predicación y de la catequesis”.
Señores predicadores y catequistas todos: ¿Como es posible que puedan Vds. consentir que sus enseñandos vivan en la ignorancia y abandono de tales trascendentales cuestiones? ¿No se dan cuenta de que son Vds. responsables de que su rebaño paste en las envenenadas praderas de la molicie intelectual, el abandono del temor de la venida de la bestia y el abandono de la cautela ante las malas artes de profetizado anticristo? Sobre sus cabezas la responsabilidad y el castigo por su baja capacidad formadora.
Pero volviendo al tema (por cierto, si alguien se quiere recrear con la noticia, que no tiene desperdicio, que pinche http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=13310 y su espíritu encontrará consuelo) que nos ocupa, no es de extrañar que el tema surja de nuevo, pues estos momentos de cambio de milenio suelen ser propicios para estas pajas mentales.
Que con la que está cayendo alguien se crea que esto le importa una mierda a alguien con dos dedos de frente, es una ofensa, sencilla y llanamente. Estos tíos se creen que la gente normal anda en esas cosas y ponen cara de asombro si alguien les hace pedorretas cuando escucha frases como (sic) “Ayuso defendió la interpretación de que la «bestia surgida del mar» del Apocalipsis tiene que ver con la realidad política («la potestad política anticristiana»), y la «bestia surgida de la tierra» es el pseudoprofeta, que sometería a un sacerdocio envilecido por el mal”. ¡Si señor, con dos cojones, como si fuera verdad; que no es nadie mi niño avisando de la tronada que se acerca!
De todas formas, para mi que, a estas alturas, el redactor de la noticia estaba algo así como sobrepasado por la densidad del tema y acaba sumido en un patinaje poco menos que artístico, cuando escribe (sic) “En cuanto al reino de los mil años, Ayuso explicó que el milenarismo craso o carnal, que piensa en un reinado corporal y visible, está fuera de la de doctrina de la Iglesia, y que ésta también desaconseja la enseñanza del milenarismo espiritual. No tiene sentido ese milenio si Cristo ha venido ya, sostuvo Amado, luego en todo caso sería antes de ese momento, y a modo recapitulación de la Iglesia en el mundo para «hacer palpable la Redención en la sociedad humana».” ¿Lo cualo? ¿Alguien me puede jurar que este pavo sabe, de verdad; qué significa lo que ha escrito? Me juego la barba a que ni puñetera idea, seguro, pero acojonar, acojona un montón, que es de lo que se trata; de que el personal vuelva al redil y a los autos de fe, que la carne quemada es mano de santo para las cosas del anticristo y para que el rebaño vuelva sus espíritus a la oración, coño, que ya esta bien de tanto relajo.
Juro que no es coña: juro que todo eso se ha publicado en internet y, lo que es peor, me temo que será el primero de muchos programas dedicados a la llegada del final de los tiempos, a las maldades de los tiempos modernos y, básicamente, a demostrar de forma científica e indubitable, que Zapatero, a más de un poco lelo, es el Anticristo revelado. Vayan Vds. a cagar a la vía, meapilas. Dicho sea con el mayor de los respetos.

3 comentarios:

  1. Gracias por la explicación. Parusía me sonaba a mal de estomago, bacteria o virus estomacal. Aunque después de lo leido pienso que la diarrea mental que sufre el individuo, a todos los efectos redactor de la noticia, es de preocupar y mucho.

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  2. Comprendería mejor tus argumentos sin tanta "cagadas" para reforzarlos.
    a.m.

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  3. UUUFFF! Menos mal! ...He leido el artículo que citas y no se si me quedo más tranquilo al saber que aunque los tertulianos "no dejaron contestada al cien por cien la cuestión de si estamos o no en los últimos tiempos,...sí se extrajo del debate la idea de que las realidades escatológicas no pueden seguir permaneciendo fuera de la cosmovisión". Bueno, a lo mejor eso debe tranquilizarnos, ..o no? No lo sé. Aunque estoy contigo en que en los tiempos de crisis que vivimos no sé si esto de la Parunosequé es realmente un tema al que se le deban dedicar cinco minutos.
    Saludos de un Fernando que se ha quedado padidifuso al leerlo

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