Bienvenido a mi blog.

Por favor, participa, deja tu comentario y marca si te ha gustado o no.
Muchas gracias por tu tiempo y tu atención.

viernes, 12 de octubre de 2012

Balas contra la libertad


El género ocuro, el alma de Rea (4)



Es apenas una niña, una de las muchas niñas que el islam condena a la incultura pero ella es distinta; ella es valiente y se ha rebelado amenazando el sistema y las convenciones con un arma mortal, definitiva, ineludible:ella ha cargado todos sus libros de deseo y ansia de conocimiento y eso no se puede tolerar. 
Malala Yusufzai se debate entre la historia y la lucha con toda la fuerza que sus 14 años le proporcionan y los médicos se muestran optimistas sobre su recuperación.

Es posible que Malala sobreviva e incluso es posible que esta involuntaria heroína siga con su larga lucha -comenzó a escribir un blog a los 11 años en contra de la discriminación de las niñas en la educación paquistaní- sobreviva y pase el resto de su vida protegida en países occidentales, que no creo ue pueda hacerlo en su propio país, pero millones y millones de niñas seguirán sus vidas de esclavitud y malos tratos sin otro salida que la muerte. Sus agresores lo han dicho ya: "matar a Malala era una "obligación bajo la 'haría'.
No puede estar más claro, mas simplemente explicado: la muerte, una vez más la muerte que se levanta contra la cultura, contra la mujer y contra la cultura. Malala debería saber que ella misma es la encarnación de la trilogía del mal, que la barbarie no puede consentir que una niña se vista de libertad y cultura; que esa bandera es un reclamo demasiado atractivo para las esclavas y hay que abatirla cuanto antes para que el ejemplo no se extienda como un incendio por ese cinturón de verde islámico que amenaza con estrangular el globo.
Pakistán debe su existencia al intencionado y rentable error de Inglaterra y su deriva de complicidad y amparo con los talibanes no cabe esperar nada nuevo salvo el aumento de tamaño de los desastres que se van a generar en la zona. 
Malala piensa que va a tener ayuda y apoyo para su causa, pero está equivocada: lo único que haremos será pasearla y exhibirla, pero su causa permanecerá olvidada y enterrada por montañas de intereses, políticos, económicos, religiosos y por el esa parálisis que ataca a occidente cuando la religión se enarbola como causa. Todo seguirá igual y los asesinos que quisieron matar su causa seguirán impunes sin remedio.
Nada, ni la religión, ni el dinero, ni la política deberían impedir la libertad de los millones de mujeres que el Islam condena a la esclavitud, a la tortura, a la desesperanza y al miedo. No deberían, pero lo impiden y Occidente sigue protegiendo a aquellos que manchan sus libros de oración con la sangre de sus mujeres sacrificadas. Esa es la realidad de la religión: discriminación, odio e incultura vestidas con distintos trajes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario