Don Hilarión

El fascismo y la estupidez de la mano para darle el opio al pueblo de Madrid

Al personaje de la Verbena de la Paloma le asaltaba la duda y no acababa de decidirse entre la morena y la rubia, hijas del pueblo de Madrid que para eso

Nada me importa el qué dirán:
dejo la pública opinión.

Es decir, que pasa como Espe y Ana pasan de nosotros, que a ellas lo que les pone es verse arriba, chulapa y arrogante una y estúpida hasta la baba la otra (no es perdáis la intervención de la tal en el debate sobre el estado del municipio: para los anales) mientras los madrileños con dos dedos de frente vemos correr el reloj hacia atrás camino de los autos de fe en la Plaza Mayor y los desfiles de los tercios defendiendo a la nobleza, que menuda es Espe.

Una morena y una rubia,
hijas del pueblo de Madrid,
me dan el opio con tal gracia
que no las puedo resistir.
Caigo en sus brazos ya dormido,
y cuando llego a despertar..

que esa es otra: el despertar de una ciudad y una comunidad que no pueden reconocerse en los recuerdos de otras épocas abiertas, avanzadas y sobre todo, divertidas.

Madrid está anestesiado, como “groggy” , inerme e indefenso ante el ataque de la reacción; a los pies de un colectivo casposo, fascistoide y absolutamente rancio, carca y populista.

Una es la herencia envenenada de aquél que salvó el cuello a cambio de colocarnos de alcaldesa a su peor pesadilla y recuerdo constante de su propia debilidad y la otra tomó el poder gracias a una acción mafiosa de sus correligionarios.

Debemos ser muy malos si tenemos lo que nos merecemos, que esto es un castigo. DELENDA EST BOTELLA, que tiene razón Don Sebastián, tien muchísima razón.