Letras de Nada: Por las Cabezas de Hierro

domingo, 24 de junio de 2012

Por las Cabezas de Hierro

En la cima tras las cuestas de la ida

Como no había nada mejor que hacer este domingo, dos amigos bastante cabezones han decidido dejar muestra de su cabezonería dándose un garbeo desde el Pk de Navacerrada hasta la Cabeza de Hierro Mayor, en plano unos 16 kilómetros y en sudor, bastante, no nos engañemos.

Es una ruta que, en extenso, se llama la Cuerda Larga y que hace tiempo teníamos marcada como posible pero me parece que, tras la experiencia de hoy, si la hago tendré que hacerla en solitario o buscándome otro compi, que el de siempre en este tipo de locuras ya ha dicho que no vuelve ni de broma, que con una es suficiente.

La ruta es dura, binita, en algunos tramos sencillamente espectacular y además, ofrece alguna sorpresa encantadora: la Cabra Hispánica, muchas de ellas, aguardan en la cima de la Cabeza de Hierro menor con calma de expertas observadoras de marchas, agotamientos, juramentos y cariño.

Amigas que no veía desde Pirineos hace 35 años

Y había muchas, de verdad

Hemos ido y hemos vuelto en un poco menos de cinco horitas que nos han destrozado la emdia d elos paseos, pero el terreno hace que los metros se peguen a las piernas collado tras collado a lo largo de más de 1000 metros de ascensión, exactamente 1.035 metros de sudor bajo el sol y las moscas que se reparten excursionistas desde el Parking del puerto y que no te sueltan por mucho que subas o bajes los toboganes de subidas y bajadas entre Guarramillas, Valdemartín, y las dos Cabezas de Hierro.

Hoy ha sido un punto más, ese eterno punto más que se busca en el esfuerzo, en el disfrute, en la curiosidad de querer ver otra perspectiva y otro paisaje que curiosamente, siempre se encuentra detrás de esa loma, de ese esfuerzo que parece el último o de esa curva que nos oculta aquello que nos intriga.

Pongo varias fotos de hoy y la primera, esa vista de las antenas de Guarramillas desde el lado que sólo se ve desde el sudor.