Como es lógico y normal, el 30 de Marzo se habla sobre lo acontecido el 29 de Marzo, si bien es cierto que, una vez más, enterarse de lo que ha pasado de verdad es imposible. Tenemos los medios de comunicación que tenemos, así que debemos asumir que la verdad y los hechos escuetos son una utopía inalcanzable. Debemos conformarnos con visiones partidistas, sesgadas y pro supuesto, muy interesadas, que las inversiones de la famosa “marca España” justifican aplausos y mentiras. La cosa no está para hacerse el machito con los dueños de la pasta.
Lo de ayer tiene muchos titulares, creo yo, pero me por aquello no hacerme más pesado de lo que ya soy, me quedo con dos: ha vuelto el miedo y los sindicatos deben asumir el reto de su necesidad. Me explico:
El miedo. La huelga ha sido seguida en aquellos entornos en los que el apoyo del grupo y la presencia sindical son fuertes y pertenecen a la cultura propia del colectivo. Industria es el ejemplo más claro. En los servicios y en las PYMES hay demasiada lejanía y mucho miedo. Los sindicatos tienen aquí dos retos complicados: uno, entender la realidad de esos sectores y dos, generar modelos válidos para la empresa en su conjunto como elemento de protección del trabajo y del trabajador. Vamos, casi como reinventar el sindicato vertical. No sirven los conceptos y los esquemas de antiguos enfrentamientos. El miedo al paro reina y eso favorece demasiado que el otro lado se tire al monte sin que el trabajador cuente con la ayuda de nadie.
El futuro de los sindicatos. Nunca han sido más necesarios y nunca han tenido menos capacidad y menso autoridad moral para intervenir. Necesitamos –y si alguien lo duda que lea lo que ha manifestado Esperanza Aguirre- una reconstrucción ideológica, estructura, funcional y moral de las organizaciones sindicales y de los colectivos obreros. Y lo necesitamos YA, que la estructura económica es compleja y hay que inventar soluciones válidas, no empeñarse en lo que no se va a poder hacer.
Por último: en plena era de la globalización y de la universalidad de los movimientos financieros, ¿dónde se ha quedado la vocación internacionalista de los movimientos de clase? El dinero ha ganado la batalla de largo, mientras que el internacionalismo obrero se ha olvidado y se ha apolillado hace años. Sindicatos Europeos con capacidad de actuación global que den la réplica a la Europa de los Mercados son una necesidad imperiosa de la que nadie habla.
De la amnistía fiscal, ya hablaremos. Hay que joderse.