¿Juntos tras un viaje de siglos?
Siglos después del gran invento de la escritura, esa que nos permitió acumular ingentes cantidades de información y de tradición que se hubieran perdido en a transmisión oral, Apple apuesta de forma decidida por la palabra como transmisión de la información. El último modelo de IPad incorpora un muy mejorado software de reconocimiento de voz que transcribe nuestro discurso a su programa de texto.
Desde las hogueras de campamento en las que empezamos a contar historias fantásticas hasta ahora, parece que el círculo se acerca a su final y la informática, en su empeño por hacerse humana, tiende hacia la palabra como soporte de información.
Para estas y futuras generaciones que se alejan de los textos, de la reflexión y el disfrute de la literatura de los últimos dos siglos (no aspiremos a los clásicos, que eso ya es demasiado) se abre un nuevo mundo del que lo desconocemos todo.
¿Es posible que nuestros nietos se conecten a sus cacharros para oír embelesados bellas composiciones de prosa que ellos bautizarán con un nombre inglés sin saber nada de Neruda, de Lorca o de Miguel Hernández y de la belleza de sus composiciones como homenaje a la palabra.
Homero podría dictarle muy bellas palabras a estos cacharros que descubren el futuro sin saber que están llenos de pasado.
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