Lo que se ve es espantoso.
Lo que revela, peor.
Breve nota en un domingo en el que la fortuna juega a los dados con el futuro de los estado de Europa; breve nota para recordar lo que subyace al horror de catorce cadáveres colgados de la barandilla de un puente mejicano. Todo es horroroso en la superficie, pero lo que subyace es todavía más espantoso.
En la creación de esa foto han colaborado una policía corrupta, una sociedad podrida por el dinero fácil de los narcos, un silencio espeso sobre lo que nadie ha visto, un estado claudicado que no puede ganar una guerra que se pretendió mediática y ha resultado real, sangrienta perdida y larga, desesperantemente larga.
Estas fotos y estas acciones se han estado repitiendo en los últimos años y no parece que haya una solución cercana. Es lo que pasa cuando la delincuencia cuenta con más medios que el estado, más dinero, más crueldad y más apoyo social que el estado.
Grecia está aun paso de rechazar una forma de Estado que les ha llevado hasta el precipicio y Francia elige entre dos modelos que luchan para mantener o debilitar el estado. Es igual lo que se haga país por país y partido por partido: la que está montada es lo suficientemente gorda como para que sólo haya un camino para la victoria. Todos juntos, estados y partidos en una Europa consciente de su fuerza, de su historia y de su necesidad de vencer.
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