Los infinitos sin límites

Pastillas de carne de bebé humano.

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El ser humano es capaz de todo lo más terrible con tal de obtener dinero y los últimos horrores descubiertos en China ponen evidencia ese infinito horror que somos capaces de alcanzar y rebasar. Sabíamos del tráfico de órganos que asola varios estados –la intervención en el senado de Bolivia de uno de sus miembros bolsa de mondongos en mano lo dice todo –pero conocer del comercio de píldoras de carne humana ya es el máximo.

El proceso es espeluznante y explicado paso a paso es todavía más negro: los bebés abandonados hasta la muerte por extenuación, hambre y soledad eran secados y deshidratados para luego pulverizar la carne, añadir otra serie de porquerías y por fin, envasar y vender a los descerebrados compradores que les atribuían no sé que bondades.

Aceleremos a fondo en la cuesta abajo de la inmoralidad y la ignominia y lo hacemos cuando todo coincide y la tendencia dominante hasta ahora se siente muy cómoda sin la intervención estatal. ¿Es China y su régimen esclavista e inhumano el  modelo? A muchos les gustaría que así fuera. Pal cagarse.