Una mujer se vio obligada a ponerle ropa a un muñeco de nieve ante la denuncia de un vecino.
8 de Marzo
En un pequeño pueblo de Nueva Jersey, Rahway para más señas, una vecina con aficiones escultóricas se ha visto obligada a ponerle los refajos a su obra, una réplica de la Venus de Milo. Alguien, un vecino –siempre hay vecinos para todo – llamó a la Policía denunciando el escándalo y el mal ejemplo que el provocativo helado suponía para la comunidad.
La reacción de la escultora me parece ejemplar y muy adecuada al esperpento, pero es que hay pararse a pensar muy tranquilamente en lo que subyace en el titular de la noticia. Lo primero que llama la atención es la incultura del mengano y lo necesitado que anda por la vida. Lo que la foto deja entrever, así, sin fijarse mucho, es que en el tal pueblo hace un frio de toma pan y moja y en lo último que una persona normal y corriente piensa cuando cae la que se ve que ha caído en el pueblo, es en la cosa del fornicio al aire libre. Una cosa es una cosa y otra cosa, es otra cosa. Vamos, que ver la reproducción de una pobre mujer accidentada, sin brazos y sin cabeza pueda considerarse como algo provocativo es como para hacérselo mirar, que hay que estar muy mal del tarro, so cochino.
Eso en el plano privado, que lo del terreno público y el papelón de la Policía, también es de nota. Entiendo que el servicio público tiene muchas obligaciones, pero eso de tener que aguantarse la risa y permanecer muy serio mientras el probo ciudadano enumera las razones de su indignación, es para que les pongan una medalla.
Y por si esa demostración de autocontrol no fuera suficiente, todavía les quedaba el último trago: ir a casa de la artista a decirle que un vecino pensaba que era una guarra pervertidora de almas. Me encantaría conocer el contenido de la conversación, pero me malicio, visto el resultado de la charla, que la cosa debió transcurrir cerca del esperpento y el más absoluto cachondeo. Si la cosa no hubiera sido así, me imagino que lo del pareo y la parte de arriba del bikini, hubiera acabado en Burka.
Para acabar un poco en serio: ¿De verdad alguien sano de mente y espíritu puede ver algo nocivo, perverso, sucio, denigrante u obsceno en esa estatua?. Entiendo, o mejor, me he acostumbrado, a que el cuerpo humano sea fuente de vergüenza y controversia, que nos ofenda el desnudo pero no la violencia o la exhibición de conductas abyectas, pero por favor, ¡un muñeco de nieve! Y que la policía dedique su tiempo y sus recursos a esa idiotez es abrazar lo esperpéntico.
Se puede ser puritano, religioso, inculto y tocapelotas, pero no se puede tener tanta mierda en la cabeza, lo siento. Como en los mejores tiempos de nuestra pasada censura lo peor, lo más abyecto, sucio y podrido, habitaba en los ojos del que veía lo que sólo él, con su enfermiza mentalidad, podía ser capaz de concebir.
la gente es imbécil y no debería ser noticia una chorrada semejante.
ResponderEliminar