Leo que el FBI ha desarticulado un comando - de milicias ciudadanas de Michigan los angelitos - que quería asesinar a Obama para salvar a los EEUU de la vergüenza de su presencia en la Casa Blanca. Son cientos los estadounidenses que viven estos meses con rabia y con asombro: un negro de presidente es mucho más de lo que ellos pueden soportar. Pero hay más que racismo, hay mucho más y mucho más grave: otra vez, estos fanáticos enarbolan la religión, hoy le ha tocado a la católica , para justificar el magnicidio y tener la conciencia tranquila.
Es una más, la enésima, en la que la religión se coloca detrás de acciones indignas, pero es que estos movimientos conviven con otras corrientes que los acogen y los amparan porque les vienen bien, les aportan votos, apoyo social y validan sus planteamientos. Dios ha sido bandera de muchas cosas, pero esta bandera es nueva, porque nunca, hasta ahora, el ojo y el triángulo se habían colocado como logotipo de la actividad empresarial. Dios al servicio descarado de las finanzas es algo que pertenece a los finales del XX y principios del XXI y si aceptamos ese punto de vista, también ellos deberían aceptar que evaluemos su actuación con herramientas empresariales, aunque me parece que el resultado no sería demasiado bueno.
Si Dios existe, la primera impresión es que se lo podría haber currado un poquito más, digo yo. Lo que su obra deja ver en relación con el ser humano es una chapuza de carácter global y no admite muchas disculpas. Lo que no es hambre, enfermedad o miseria, es injusticia, explotación y desprecio: nada brillante que enseñar ante un consejo de administración.
Las cuentas del hombre; el tan cacareado logro de la creación humana, son paupérrimas. No parece que la vida en el universo sea más que la excéntrica excepción a una regla dominada por el frío o el calor extremos, paisajes donde la vida basada en el carbono, la nuestra, no podría prosperar. El universo es ajeno a la vida, indiferente y despreciativo y no parece cierto que valore más la opción vitalista que otra cualquiera que resulte factible en su devenir. Si la vida fuera, como dicen algunos, un fin de la creación, se nos manifestaría en muchas formas y lugares; el universo bulliría de vida, nunca de ausencia de ella.
El ser humano se ha emborrachado de soberbia y como resultado de esa borrachera se inventa destinos y designios divinos para su explicar la conciencia de su misma existencia; como si la existencia de una especie animal un poquito particular necesitara de la existencia y de la voluntad de un ser supremo para ser explicada.
La propia existencia es, para el hombre, un misterio que necesita de explicación; la necesitamos, la ansiamos y confiamos en encontrar una clave que nos permita dormir tranquilos, pero no la hay. Somos el resultado de un proceso, de un camino que no tiene un único destino. De la misma manera que el hombre actual tiene conciencia de sí mismo, la vida podría haber elegido otro camino, otras reglas para las combinaciones ganadoras o perdedoras y el universo no lo notaría.
Me asquea el uso que el hombre hace de la religión, especie de herramienta universal que sirve para justificar cualquier acción abyecta. Hoy son las milicias de Michigan, mañana suicidas de Hamás o de Al Queda; el absurdo es el mismo y el daño completo. Estamos a un paso de ver la resurrección de las guerras de religión a una escala que no podemos concebir y la culpa será global, pues todos bandos,como siemnpre han hecho, invocarán a dios rogando que destruya al enemigo.
Si este dios de las religiones del libro tuviera que convencer a los inversionistas para que compraran las acciones de su tan preciada creación, me parece que Wall Street le volvería la espalda de forma unánime.
Nota: La imagen corresponde a la representación masónica (los padres de la Constitución lo eran, según dicen.) de la idea de Dios que se graba en los billetes de los Estados Unidos
Todos somos VIDA. Somos parte de la creación y pertenecemos al maravilloso engranaje que es la Eternidad.
ResponderEliminarSi hemos sido creados y se nos ha dado el poder y la libertad de dar vida a nuestros hijos y a los hijos de sus hijos, de utilizar el bien y el mal, deberíamos contribír al fin para el que hemos sido creados y así poder regresar un día al mismo (espcio) de donde vinimos.
Soy de los que todavía creo en Dios como Padre que debe estar bastante apenado con la humanidad.
12 de Abril de 2010-a,m,