Bienvenido a mi blog.

Por favor, participa, deja tu comentario y marca si te ha gustado o no.
Muchas gracias por tu tiempo y tu atención.

sábado, 5 de febrero de 2011

Miedo a las 5

Nunca más los muertos; nunca la venganza, nunca más el miedo.

Hoy, en Madrid, a las 5 de la tarde, se han manifestado los dueños del miedo.Se han manifestado aquellos que no ven, en el final de ETA, la llegada de la paz sino la oportunidad de la venganza. Se han manifestado los que, tras las dificultades y muertos que ha puesto ETA para llegar a su final, pondrán toda su intransigencia al servicio de la victoria, la humillación y la venganza.
Escribí hace tiempo que no envidiaba, en absoluto, la responsabilidad de gobernar ese final: hoy me ratifico al observar el papel que reivindican, para si mismos, personajes como el tal Alcaraz; ejemplo vivo de lo que significa ser víctima, ser vengativo y además, exhibirse para que toda la sociedad, no solo los terroristas, sea receptora de un mensaje de deuda, de retribución moral y legal que va mas allá de las propias leyes.
El fin de las luchas siempre es complicada; el fin del odio, imprescindible; el ansia de venganza lo que nunca debe estar presente y la altura moral de la sociedad la herramienta con la que apretar todas las tuercas y tornillos que hacen falta para asentar la estructura del futuro.
Un ejemplo de lo que se necesita nos lo ha dado hace poco un personaje público como Toni Cantó tras la desgracia de perder a su hija asesinada por un conductor borracho. Espectacular la altura moral mostrada y que pone de manifiesto lo que una conciencia sana puede lograr: despreciar la venganza por inútil, pues nunca esa venganza puede, ni de lejos, compensar el enorme daño causado.
Me espeluzna el espectáculo del miedo y del rencor y añoro el día en el que un pueblo como el español pueda mirar hacia delante sin estar pendiente de las pistolas que apuntan a su nuca.

4 comentarios:

  1. Ni la venganza soluciona el daño ni el odio tranquiliza la conciencia. La Justicia y el perdón sí.
    Seamos sensatos, por favor.
    a.m.

    ResponderEliminar
  2. Aunque no puedo estar más de acuerdo con tú entrada de hoy, creo que para evitar manifestaciones como las de esta tarde hace falta mucha más sensibilidad por parte de todos por los que realmente han sufido las consecuencias del terror. Creo que en un proceso como el que estamos viviendo muchas veces se olvidan de ellos, de igual manera que se "trabaja" con los que han de enterrar las armas para siempre, se ha de trabajar y en paralelo con los que han de perdonar en primera persona. Para los demás nos es más fácil perdonar, tener altura de miras y poner una distancia que ayude a terminar con el horror, el terror y la angustia. La sensatez, el perdón y la justicia debe de desterrar el odio y la venganza, pero el dolor colectivo por la pérdida de seres queridos ha de tratarse con mucho mimo, mucha sensibilidad y mucho respeto. Creo que no se ha hecho, ni se hace este esfuerzo y todo sería mucho más fácil si también se mirara en esta dirección.

    ResponderEliminar
  3. En respuesta a La Cambra.
    Estoy de acuerdo, pero en mi caso confieso que me confunde el ruido generado por una parte de las víctimas y acabo pensando que se han pasado de frenada, que lo normal es que las víctimas cuenten con nuestra solidaridad, respeto, cariño y solidaridad.
    Dicho esto, lo que hay que analizar es la forma en la que ese cariño, solidaridad y justicia se articula políticamente y ahí, sinceramente, creo que es cuando hay que decirles que su propia situación les impide ser objetivos, ecuánimes y pensar en lo adecuado y conveniente para todos. Es duro, pero yo lo veo indispensable. Tan indispensable como imposible de entender para Alcaraz. Una pena. Y si me equivoco o si soy injusto, lo siento: lo hago, digo y pienso con mi mejor voluntad. Juan Manuel.

    ResponderEliminar
  4. Siempre será difícil situarse en el lugar "del otro" pero si existe voluntad de colaboracion para alcanzar la paz, es psible.
    Claro que duele y que olvidar significa un esfuerzo continuado pero la generosidad se demuestra precisamente ahí y entonces el perdón brota espontáneo y la necesidad de vivir enpaz con nosotros mismod y con la sociedad en general, hace que nos sintamos gratiticados.
    Yo confío que en el caso de ETA se llegará algún día a esta situación.
    a.m.

    ResponderEliminar