Significado

Nuestra mente fabrica universos nacidos de sensaciones olvidadas.

La semana se va, casi ha pasado ya, y todo el caudal de noticias, de tragedias, de reacciones encendidas y de turbamultas políticas se desvanecen frente al idealizado sueño del fin de semana. El sábado y el domingo se nos presentan llenos de todo aquello que el resto de la semana nos niega: es el mundo, el corto mundo de dos días en el que nos soñamos felices sin querer acordarnos de todos los que ya se han ido sin haber dejado esa felicidad en nuestros recuerdos.

El significado de nuestras vidas, el verdadero mundo creado por nosotros y que con nosotros se irá, es el formado por todos nuestros pequeños sentimientos, esos que se evaporan como el vaho de nuestro aliento en el invierno. ¿Que quedará de mi en un futuro? Sentimientos y recuerdos de mis cercanos, de mi familia, la idea que mis hijas conserven de mí –más real y más fiable que la que yo tengo de mi mismo – y poco más: perdidas para siempre las emociones de mis mañanas en moto; la cálida placidez de mis recuerdos más íntimos y el estremecimiento de mis miedos más oscuros. Adiós para siempre a los miles de sueños que cada segundo pueblan el mundo de los vivos sin llegar a conocerse.

Es viernes y el significado de nuestras vidas permanece oscuro y es posible, me gusta pensarlo así, que los universos creados por nuestros sentimientos, por nuestras emociones, crezcan de forma independiente al separarse de nuestras mentes. ¿Alguien puede asegurar que esa energía no se ha transformado en una materia hecha de sueños y que permanece en otro plano, en otra realidad cuántica? Hoy, cuando el sol se ha venido arriba al iluminar un cielo nuevo, limpio y claro que reflejaba el blanco recién caído de la sierra, todos hemos creado, casi seguro, infinitos universos de asombrada fascinación por la belleza desplegada. Cada mañana se crean millones de mundos generados por las sensaciones vividas; mundos buenos, oscuros otros, turbulentos, plácidos, sensuales; mundos que corren sin encontrarse y que tienen su origen en una mente humana que se desentiende de su creación y dejando que muera sin mostrar piedad alguna.

La vida no tiene, como tal, significado alguno; no hay sentido, hay sensaciones, hay hechos, recuerdos, energía diseminada en vivencias, ideas y sueños de fin de semana que generan palabras que hablan de las palabras del fin de semana: simple y efímero el universo de los sueños.