Canción de los tiempos que añora Sánchez Dragó y que nos recuerda que "Democracia es que llamen a las 5 de la mañana y sea el lechero"
Anunciada mi dimisión de la campaña electoral, cansado de que se cumplan los vaticinios sobre la debilidad de cada uno de los países de la UE a los que los mercados cazan como los cazadores disparan a los patos: de atrás hacia delante y buscando temitas con los que inspirarme, he encontrado un par de ellos que a lo mejor tienen sustancia.
El primero -quién me lo iba a decir a mí- en defensa de Terelu, a la que están masacrando en función de sus lorzas o de su no desnudo. En la entrada del otro día yo usaba su nombre como bandera para llamar la atención sobre el hecho de que a un desnudo, fuera cual fuera, tuviera la previsible repercusión que se le preveía al suyo y que oscurecería los comentarios sobre la campaña electoral. Podía ser ella o cualquier otra perteneciente a ese extraño círculo del "famoseo", que hay varias candidatas a tener el mismo tratamiento de impacto social.
Dicho esto, juro que soy un apasionado forofo de las chicas de cuarenta, que me parece fenomenal que enseñen lo que quieran enseñar en el estado en el que se encuentre, que ya está bien de ataques machistas a toda aquella que se atreva a lucir chichas, canas o un culo que se aloje más allá de la talla 36. Es más: hace años que aseguro que si hay algo peligroso es una mujer en la cuarentena con la cabeza en su sitio y que sabe lo que quiere. Pocas cosas con más capacidad de seducción: un verdadero peligro. Dicho lo cual, juro que me importa un bledo, que lo del "photoshop" estaba cantado y que si la chica ha querido lucir epidermis y llevarse una pastita, me parece genial, pues no faltaba más. Ya lo he dicho, así que chicas: a ponerse el mundo por montera y al que no le guste, que no mire, que es vuestro cuerpo y cada arruga es vida que poder contar y juergas que recordar.
El segundo, breve y escueto, trata sobre las declaraciones de Sánchez Dragó, loco por promocionar su libro y que, como las moscas, vuela de mierda n mierda. La joya de hoy nos asegura que "Era más libre con Franco". Eso es posible, pero lo que es imposible es que entonces fuera más gilipollas que ahora. ¡Qué suplicio de hombre, por favor!
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