Podemos echar a correr o entregarnos al desastre: Terelu Campos en bolas en Interviú.
Es un hecho: esto se hunde. Pasado mañana, lunes, Terelu Campos lucirá sus domingas y el resto de la epidermis en las páginas de Interviu. El país se hunde y si la crisis justifica semejantes excesos es que ya no hay esperanza.
Colgados de las protuberancias de su generosa anatomía, corta en altura y de larguísimo contorno, viviremos la última semana de campaña hablando de chichas, peras y "photo-shop", algo que no acabo de decidir si es algo de agradecer o es para echarse a llorar.
Perdidos entre los procesos de Blanco y Urdangarín; la grosería de los gastos de campaña con aviones incluidos; la estulticia de los mensajes, la imposición de gobiernos y dimisiones por parte de los especuladores, los bancos y sus privilegios; creo que lo mejor que podemos hacer es entregar nuestros cuerpos a la orgía de la carne, el desenfreno y la pasión, incluidas misas negras.
Decían nuestros abuelos que "dentro de cien años todos calvos" y que "lo que se han de comer los gusanos, que lo vean los cristianos", así que cuando veáis que la anatomía de Terelu rebosa las páginas del Interviú en los quioscos del lunes, pensar que vivimos en el país que vivimos, que la chica tiene derecho a participar de la economía de mercado y convertirse en la prueba viviente de que si los mercados nos venden semejante esperpento en la campaña, que no harán una vez concluida la votación del 20 y hayan ganado. Para echar a correr.
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