Hoy el sol rompía las nubes para reflejarse en las primeas nieves de Guadarrama y la mañana se completaba llena de azules, de nubes radiantes y de un aire limpio y nítido que dejaba kilómetros de meseta. Un día más se demostraba que la naturaleza no tiene respeto por nuestros miedos, que no sabe de de crisis ni de amenazas de guerra y eso es bueno, pues puede darnos cierta confianza para reforzar la realidad: ni somos importantes ni lo seremos nunca.
Hacía un viento inclemente precursor del invierno y también había hojas amarillas en las cunetas del camino mientras subíamos cuestas que nos llevaban hacía el pinar para seguir andando sin destino concreto. Charla, ideas, conversación y camino bajo nubes que corrían: otoño, un nuevo otoño que se asienta en la vida un año más.
Nos amenazas con guerras y la cosa está fatal, pero las primeras nieves se han dejado ver sobre los montes y todo va como tiene que ir, con retraso, pero todo va llegando como tenía que llegar. Han caído las primeras nieves del invierno y también agua sobre los campos. Todo es normal.
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