Mis dos perros con nuestra invitada ocasional: una delicia de perrita que no tiene raza.
20 Minutos ha puesto en marcha una acción para apoyar, defender y prestigiar a los perros sin raza. Me parece una idea excelente, una idea que avanza hacia la idea del pero como compañero, como antiguo compañero del hombre en su largo recorrido por la historia. Mi primer perro fue un chucho que me enseñó todo lo que debe saber el compañero humano de un perro y del arte de convivir juntos. Mi primer perro se llamó Ven, nombre sugerido por mi padre como anticipo de las veces que debería llamarlo para que me hiciera caso.
Ven dio paso al disfrute de una afición que derivó hacia la elección de perros de raza, lo cual no quiere decir que me posicione en contra del chucho, más bien -tal y como aconsejo en mi propio blog- recomiendo la adopción antes que la compra. ¿Razón? Muchas, pero la principal es que un perro siempre nos adará lo que un perro lleva dentro y además, en el chucho nos aguarda la sorpresa de una personalidad imprevisible.Las razas son, por definición, carácter y función y si se da con buenos criadores y se está dispuesto a pagar por ese carácter y esa especialización, perfecto, pero si no, mejor adoptar.
España no tiene, en general, la más remota idea de lo que es un perro y proliferan las ventas de animales torturados en países del antiguo telón de acero que llegan a nuestro país tras un viaje extenuante y atroz y lo hacen, básicamente, porque son baratos y la gente que no quiere pagar 800, 1000 o más euros por un perro criado con garantías, si es capaz de pagar 100 o 200 por un remedo de lo que debería ser un ejemplar de la raza elegida.
Convivo con dos perros de raza, uno de ellos campeón de España de belleza, pero de vez en cuando tengo la suerte de tener conmigo a la chocha de unos amigos cuyo cariño, alegría, devoción y ternura me recuerdan, cada vez que tengo la suerte de que me la dejen, que los chuchos son una inagotable fuente de satisfacciones.
Enhorabuena a 20 Minutos por la iniciativa. Ojalá tenga éxito.
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