Aznar aparece en Antena 3 y monta la mundial dejando a Rajoy a los pies de los caballos y más aún: colgado cabeza abajo de la misma farola en la que el pueblo puso a secar a Mussolini y Clarita. Aznar vuelve luciendo su vigorexia y sus excesos: un ego desmedido, un desprecio por la realidad inmenso y una deslealtad inmarcesible.
El tránsito que hay que hacer desde la presidencia del gobierno hacia el anonimato es complicado y se ha demostrado causa de muchos errores. González partió de la verborrea hasta recalar en las tranquilas playas de la calma y Aznar ha hecho un camino plagado de desmesuras. Desde las intervenciones universitarias de los USA hasta la agresión en toda regla de ayer, este HOMBRE parece llamarse a sí mismo para un destino glorioso más allá de los límites marcados por su naturaleza humana.
Nada le afecta: ni Gurtel, ni la boda de El Escorial, ni los sobres o el origen de los mismos, ni el desastre de la economía del ladrillo ni pollas en vinagre. Él debe reivindicar su honor por encima de la realidad y contra –cómo no- el imperio de Prisa, reducido a un problema de acreedores que no saben cómo salir de la que se avecina con el imperio mediático.
Aznar – y acepto discrepancias – es, para mí, uno de los más deleznables personajes de la historia moderna: cínico, desvergonzado, radicalmente perverso en la búsqueda de los favores del poderoso a costa de dignidad o verdad, deshumanizado y egoísta; un político que ha medrado y se ha enriquecido ejerciendo el cargo en favor de su futuro personal y por último, traidor a su propio heredero.
Vuelve EL HOMBRE, el paradigma del político sin escrúpulos que engaña a los que quieren dejarse engañar. Vuelve el antídoto contra el PSOE que sólo busca el poder para librarse de la que se le viene encima desde los juzgados. Su mandato al frente del PP se ve minado por el contenido explosivo de muchos sobres bomba; por muchos expedientes extraños relacionados con el caso Gürtel y con una boda que, además de ranciamente paleta y muy hortera, es imposible de justificar desde la normalidad financiera.
Vuelve “EL HOMBRE” y esperemos que encuentre la casa vacía de homenajes.
qué pereza de hombre!!!!!
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