División Azul y otras señales

¿Hace falta más?

Hubo una época oscura y atroz en la historia de Europa; hubo una época en la que el hombre perseguía al hombre con una saña metódica y feroz; cientos de miles de hombres perecieron en esos días sometidos a la ferocidad de un loco que enloqueció a muchos otros hombres y Europa bebió la sangre de sus hijos hasta quedar ahíta y asqueada.

España colaboró con ese loco y mandó una decisión entera a luchar contra los rusos vistiendo el uniforme de los extranjeros colaboracionistas.

Esa división llena nuestra historia nacional de vergüenza institucional y heroísmo individual: muchos de sus miembros fueron voluntarios y otros, muchísimos, tuvieron que apuntarse para lavar faltas familiares: padres o hermanos en el ejército republicano debían ser “limpiados” o de lo contrario las puertas del trabajo quedaban cerradas para siempre. Aquél fue un ejército absurdo condenado al absurdo sueño de vencer al imposible invierno ruso.

Eso pasó y la vida de esa ignominia fue corta, apenas dos años entre 1941 y 1943. Dos años que se resumen así: “ En total, de 45 000 a 47 000 soldados sirvieron en la División Azul en Rusia. Unos 8000 de ellos fallecieron, y más de 10 600 fueron heridos, 2140 quedaron mutilados (unas 20 000 bajas en total). 572 fueron hechos prisioneros de guerra por el ejército soviético.” 

Hace unos días, la delegada del gobierno en Cataluña entregó unos diplomas a supervivientes de esa vergüenza. Nadie la ha cesado, ella no ha dimitido, pero todos nosotros nos hemos visto alcanzados por una historia que creíamos olvidada y enterrada en los libros de historia que nadie quiere abrir.

¿Es posible que alguien esté orgulloso de haber ayudado a Hitler? ¿Eso no es una provocación? Este gobierno nos dirige a la caverna y día a día nos enseñan las piedras miliares de ese camino: la virgen del rocío debe arreglar el paro, las niñas deben vestir bien, los parados deben acercarse  a los altares, la religión cuenta para que te den alguna de las pocas becas que quedan y la división azul es digna de un homenaje oficial. 

¿Escraches? habría que correrles a collejas, sencillamente.