Desfachatez

Las innovadoras aportaciones de Ana Mato a Europa: no aparecer.

Uno de los importantes miembros del magnifico gobierno que nos tenía preparado Rajoy, Ana Mato, ha decidido que lo que pasa en Bruselas no va con ella y por tanto, no acude a las reuniones de sus colegas en las, parece ser, no se tratan cuestiones de interés para la sanidad española. Parece ser que este es un criterio más extendido en el gobierno de lo que parece, pues esta ministra, de tan estrábico comportamiento, no está sola en su autismo: le acompaña la excelsa ministra de trabajo, Fátima Báñez, también con una acusada Bruselofobia.

Lo que está pasando en este país empieza a ser una coña marinera si no fuera por la apabullante realidad que acosa a las familias y a las empresas, pero las señoras ministras tienen  las soluciones adecuadas: la de trabajo nos encomienda a la Virgen del rocío, con dos cojones, y la de Sanidad parece empeñada en encontrar otro mirlo blanco que al igual que hizo aparecer misteriosos coches en su garaje y estupendas fiestas infantiles en sus jardines, encuentre universal solución para la saludo de los españoles.

Lo que hacen esas ministras en un insulto y en cualquier trabajo merecerían el despido inmediato por incompetencia, sin más. Volverle la espalda a Europa es un suicidio y así nos va, arrinconados, despreciados y ajenos a las decisiones importantes que se cuecen por allí, donde los ministros, no los subsecretarios ni los directores generales, toman las decisiones que tanto nos afectan y, normalmente, nos perjudican.

Vayan Vds. a la mierda