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sábado, 27 de marzo de 2010

Rumbo perdido


Leo estos días la prensa con un sentimiento de desconexión que me inquieta. No alcanzo a comprender algunas de las afirmaciones que leo, escucho en la radio o veo en la televisión. Jaime Mayor Oreja lleva días diciendo que el gobierno prepara una nueva negociación con ETA porques sus intereses electorales son coincidentes, convergentes o no se qué locura. Pedro J. Ramírez y otros medios de la derecha y de la extrema derecha suavizan sus comentarios sobre Jaume Matas, olvidando que es un político que ha denigrado la función pública, que parece que es un corrupto con el catálogo de chorizadas más que completo y algunos llegan a presentarlo como víctima del sistema judicial.
Jaume Matas es un ser deleznable, Jaime Mayor Oreja es un psicópata que se niega a ver la realidad de una ETA diezmada, acorralada, perseguida y que, además, se ha echado a los talones la venganza de todo el Estado Francés. Ojo que, cuando digo Estado Francés, estoy hablando de una maquinaria engrasada, profesional, eficaz y muy poderosa, que para eso lleva varios siglos de rodaje en la cuestión.
También hay rasgueo de vestiduras ante la incorporación de Javier Solana a una institución muy prestigiosa de intermediación en conflictos bélicos y armados. No se comprende como un orgullo nacional o como el lógico colofón a la carrera de alguien que ha ejercido cargos tan imporatntes como los que él ha ejercido. Como esa ONG ha actuado como mediadora entre ETA y el Gobierno español, la paranoia patria se mesa los cabellos y ya ve conjura, conspiraciones y futuros claros.
No me puedo imaginar el futuro político de éste país: Garzón sufre las peores venganzas, la fundación FAES se dedica a mandar estudios a cualquier sitio de fuera de España para hacer todo el daño posible y el Gobierno da tumbos como un borracho de vuelta a casa.
España ha realizado un trabajo histórico y lo ha hecho bien casi siempre, pero en la actualidad se enfrenta, en mi opinión, a tres peligros muy concretos:
El primero, la corrupción de los gobernantes. Afecta a todos los partidos y debería ser objeto de una actuación colectiva que la erradicara de forma fulminante .O nos la quitamos de encima o nos mata. No hay más alternativa.
El segundo problema es el poder judicial, que habita un tiempo y una época distinta, atigua y completamente obsoleta. Todo lo que pasa en este país, acaba en sus manos y no tienen ni preparación, ni ganas ni posibilidad de organizarse para ejercer la tarea que la Constitución les reserva. El Ejecutivo funciona más o menos bien; el Legislativo, mas o menos, también; pero el Poder Judicial está lejísimos de lo que ésta sociedad necesita.
El tercero es la preparación de nuestra clase política. En todos los partidos, sin excepción. Más que políticos tenemos insultos que denigran nuestra política con verdadera saña. Si Leire Pajín es una ofensa, lo de Rosa Díez, Cospedal y compañía es digno del museo de los horrores. Como media, nuestros políticos están muy lejos de la media de cualquier sector profesional de nuestro país. Tan simple como eso.

2 comentarios:

  1. Hace unos días escuche en la radio, o leí en un periódico que el problema de los políticos, además de todas y cada una de las corrupciones, es que confunden su papel real en la sociedad. En un simil bajo mi punto de vista muy acertado, los comparaba con los administradores de una comunidad de vecinos. Los problemas siempre aparecen cuando los administradores se sienten los amos y usurpan este rol a los verdaderos propietarios. Parece que nuestros políticos, olvidan que los dueños de "esta comunidad" somos los ciudadanos y ellos no dejan de ser sólo nuestros administradores. Pierden el sitio e intentan convencernos después que lo hacen por nuestro bien, como si fueramos incapaces de saber que queremos y como lo queremos. Señores políticos dediquense sólo y exclusivamente a administrar nuestro bien más preciado, nuestro País.

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  2. Aparte de no merecer la confianza que hemos depositado en ellos al votarles, me idigna que no sepan hablar. Ninguno de los que están ahora en el Gobierno o en la oposición es capaz de expresar coherentemente lo que pretende decir.
    Así no vamos a ninguna parte.
    18 de Abril de 2010. a.m.

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