La Iglesia legisladora

Uno manda y el otro obedece sumiso y legisla como está mandado.

Gallardón va desgranando poco a poco los hitos que marcarán el retorno; las piedras miliares que recorrerá la libertad cuando tenga que recorrer el camino del fracaso, los mandamientos de la Iglesia desglosados y convertidos en articulado de una ley que condena a la mujer  a mantenerse en al oscura zona de la dominación masculina en su función de madre y descanso del guerrero. Se han olvidado de que tienen alma hace dos días y ya se creen iguales a los hombres y capeces de decidir su destino. Pobrecitas.

Creo que de la misma manera que no se puede obligar a nadie a abortar, tampoco se puede obligar a nadie a que traiga hijos a este podrido mundo y mucho menos si sabemos que va a estar condenado a una lucha perpetua contra una malformación que le hará dependiente o que obligará a sus padres y familiares a una lucha heroica contra todo y contra todos. Admiro la entrega, la lucha y el inmenso amor que derrochan los padres y familiares de estos seres humanos pero no se  puede obligar a nadie a pasar por esa condena, ni al paciente ni a los cercanos.

Es la iglesia la que quiere impedir la elección; la misma iglesia que luego se los mostrará al Papa en su visita para auto complacerse orgullosa de si misma a la vez que deja claro que familias y enfermos deben estar eternamente agradecidos a curas y monjas por dedicar sus valiosas vidas a tales despojos. Creo que fue una de las escenas especialmente ofensivas d ela visita de Panzinguer Z a Madrid ahora hace mas o menos un año.

Rouco manda a través del PP y las mujeres, impías e impuras, deben asumir el mismo papel en la sociedad que la iglesia les reserva en su seno: el del silencio y la subordinación a su anatómico destino. ¡Y que este Gallardón quiera vendernos su liberalismo! ¡Hay que joderse!