Esto de escribir casi todos los días y exponer las ideas
propias al público escarnio, mofa y befa de los sufridos lectores acaba
enseñando bastante. Una de las cosas que es más fácil de comprobar es la
afinidad o lejanía de determinadas cuestiones y lo ajustado dele espacio para
el desarrollo de tesis más complejas o análisis más extenso de cuestiones que
requieren páginas enteras de sesudo desarrollo.
Eso es evidente enseguida, pero lo que verdaderamente se
agradece, por lo menos en mi caso, es el civilizado y enriquecedor juego de la
discrepancia, el rápido intercambio de correos o mensajes reclamando una ampliación,
evidenciando una ausencia y por supuesto, señalando algún error entre los
muchos que se escapan por no acudir a la Wikipedia más a menudo y también a
menudo, por acudir demasiado.
Viene esto a cuento de la primera aparición de un “troll” en
este blog y la enorme pena que da comprobar el nivel intelectual y personal de
esta subsección de la humanidad, la que se haya a medio camino entre lo humano
y lo irracional. Son gentes cuyas manifestaciones no insultan pues carecen de
cualquier contenido con rasgos humanos o de altura intelectual, pero si dan
mucha pena, lo siento.
En contraposición a esta contaminación, me refugio en los
encantadores intercambios sostenidos con algunos de los fieles seguidores de
este desahogo y aprovecho para darlos las gracias todos por actuar, pro
discrepar y por poner de manifiesto que uno de los grandes placeres del hombre
se haya en la discusión, en el intercambio, en la discrepancia expuesta con
educación, con criterio, con conocimiento y con buenas formas.
A los Jose Luis, Jose María, Esteve, Jose Manuel, Jorge,
Enrique, Fernando, A.M. Marta y muchos otros que se toman la molestia de leer
estas tonterías y discrepar de ellas, muchísimas gracias. Un verdadero placer
no estar de acuerdo con vosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario