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lunes, 5 de noviembre de 2012

La política dentro de la ley

Se puede cambiar, pero cumpliéndola
 
España es un estado cuyos habitantes sólo reclaman la legalidad cuando creen que “la ley” esta de su parte, pero la sociedad vive de espaldas al ordenamiento legal de la vida en común. Nuestra vida se desarrolla gracias a que el derecho rige la convivencia y eso tiene implicaciones que el español no quiere aceptar.  El español, por norma, se considera por encima de la legalidad que le restringe y pide la tajante aplicación de la ley contra, y remarco ese CONTRA, todo lo que le agrede, bien sean ruidos, maniobras de tráfico o realidades sociales. Ante el  asesinato de una menor por un menor, la totalidad de los menores son reos de pena capital.
La consecuencia de ésta actitud es que  un gobernante como Gallardón puede apuntarse un tanto populista si legisla a favor de las corrientes populares olvidando que esas corrientes son efímeras e inconstantes y que dependen de los titulares del día. Ese hábito, propio de las masas incultas y poco dadas a la argumentación jurídica capaz de abstraerse del caso particular para centrarse en las propiedades de la clase, es disculpable en “el pueblo” e imperdonable en sus dirigentes y en sus gestores políticos.
Los gobernantes lo son gracias al imperio de la ley y todas sus actuaciones, todas, deben ajustarse a ella sin salirse un milímetro de los límites de su jurisdicción ni buscar subterfugios, tretas o atajos. Viene este comentario a cuento de las últimas declaraciones de Más y su manifiesta postura favorable a violentar la legalidad. “Ni constitución ni ley alguna podrá impedir….” Mal, muy mal.
Eso, señor Más, es una burrada del 9 con independencia de lo que esa violación de la legalidad pretenda o busque. Violentar la ley es un camino que ni tiene retorno ni tiene límite y que, una vez iniciado, nadie puede controlar. ¿Vale  violentar la ley para buscar un fin y no otro? ¿Vale violentar la ley y matar buscando un propósito concreto? ¿Vale saltarse la ley, pero poquito? ¿Quién establece el límite una vez borrados los límites comunes a todos?
No. El señor Más `puede abogar por iniciar un proceso de cambios legales que afecten a lo que él quiera plantear para obtener lo que quiera dentro de la legalidad, pero  nunca borrar la ley para obtener algo que la ley no contempla y luego recamar la aplicación de normas legales que le sean favorables,
La ley no tiene atajos, aunque si tiene procesos que permiten su cambio y su evolución dentro de los parámetros que la ley contempla, sencillamente.

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