¿Que volen aqesta gent?

La democracia consistía en que llamaran a la puerta de madrugada y....fuera el lechero

Alguien quiere que hoy yo pierda parte de mi propia identidad y otros muchos quieren que, además, me niegue a mi mismo una parte importante de mi vida, mi familia, mi experiencia vital y mis íntimos afectos. Hoy, como tantas otras veces, no soy de nadie y muchos de mis conciudadanos aborrecerán de mis tesis y de mi postura, pues me declaro librepensador y refractario  al nacionalismo que me quieren imponer. De lo que me sugieren, mejor no hablar, que eso del federalismo asimétrico me lo tienen que contar despacio y de manera que ni me entre la risa ni me eche a llorar.

Hoy quieren conseguir, desde dos lados y dos visiones pretendidamente distintas, que me convierta en nacionalista radical y no me da la gana, pues cualquier nacionalismo que sobrepase la raya de la afinidad, el puro placer y la alegre convivencia, me da grima. Soy español, me siento español en una importante parte de mis actos y comportamientos y además, me siento identificado con mis raíces catalanas por familia y experiencia vital, pero rechazo el paleto, casposo y excluyente nacionalismo catalán de la misma manera que me da alergia el nacionalismo español que pretende la preeminencia de esa seña de identidad sobre cualquier otra.

Los nacionalismos me repelen y si tengo que elegir alguna postura, desde luego es la internacionalista encarnada en el sueño, hoy enfermo y despreciado, de la Unión Europea, una casa que debe ser de todos y en la que todos tienen su sitio perfectamente reconocido y orquestado.

Artur Mas ha arrojado a los ojos de los catalanes un avispero enfurecido cargado de odio, falsedad, mentiras y populismo y hoy los catalanes se ven enfrentados a una elección absurda, carente de sentido y de futuro y propuesta de manera oportunista, cobarde, insolidaria y rastrera.

Artur Mas, como la gente de la canción, ha reventado de una patada la puerta de la casa de todos, de madrugada y a traición, con un acto irresponsable que da alas a un rancio nacionalismo español que pretende llenar el Paseo de gracia con los tanques de la Acorazada Brunete. 

Vayan todos al carajo, si us plau.