Cuando la Iglesia de Rouco era feliz.....
Menos mal que existe Rouco. Justo cuando estaba apunto de tirar
la toalla y dejar el día en blanco sin inspiración, vacío de contenido y
desganado, se me aparece Rouco en su versión más justiciera clamando contra la
constitución, los jueces, la ley del matrimonio y lo que haga falta, que bueno
es él cuando se pone. Menso sibilino y menos torcido que su peón y portavoz,
Martínez camino, Rouco tira por lo “segao” y no deja títere con cabeza.
Luego, es evidente, tiene que venir que venir Martinez
camino a explicarnos que la Iglesia no se mete en política y que lo único que
pasa es que nosotros somos poco menos que tontos de baba y no sabemos
interpretar el docto lenguaje de sus pastores. La verdad es que el tal portavoz
las va a pasar canutas a la hora de retorcer los claros conceptos que encierra
una frase tan rotunda como esta. “Por eso, es urgente la reforma de nuestra
legislación sobre el matrimonio” Eso, después de haber soltado diferentes
diatribas contra el Constitucional y las derivaciones sociales –apocalípticas,
por supuesto- de su sentencia.
Señor Rouco: Deje de dar la chapa y métase en sus cosas, que
no e puede estar en misa y repicando. Si
quiere modificar las leyes, se presenta a las elecciones y legisla desde el parlamento,
único foro donde es legítimo hacerlo. Desde fuera las sentencias se acatan y se
procura hacer lo que a cada uno le venga
en gana, que a nadie obliga la ley, sólo se protege la libertad de hacer o no
hacer sin más consideración que la de ajustarse, libremente, a los preceptos
legales. Y por cierto ¿lo de andar buscando mártires de la “cruzada” debajo de
las piedras para beatificar es revanchismo o simple tocada de huevos?
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