Bienvenido a mi blog.

Por favor, participa, deja tu comentario y marca si te ha gustado o no.
Muchas gracias por tu tiempo y tu atención.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Inocencia culpable





Mala leche tenía el caballero

Hace unos días, a propósito de las salvajadas habituales ocurridas en Oriente Medio, la zona que antes se llamaba Palestina y que incluye la actual Israel, escribí una entrada que, en tono irónico titulaba como “Jehová no da ni palo” y hacía una referencia irónica a la pretendida naturaleza de “pueblo elegido”  de los israelitas, a los que la historia ha tratado bastante mal si las referencias históricas con las que contamos pueden considerarse como verdaderas.  Un anónimo lector me contesta, muy educadamente:
“Considero Juan Manuel que no tomaste tiempo para leer lo que Jehova Dios dijo respecto de esta nación a futuro, y todo lo que hizo con las naciones que se opusieron a Israel en tiempo de conquista, lo unico que impidió que les diera toda la tierra fue su reveldía contra Dios y sus leyes. Debe tomar en cuenta que todo lo que Jehová a dicho lo a cumplido y esa es una promesa pendiente que ejecutará en su segunda venida” (Faltas incluidas)
La verdad es que llevo un ratito pensando en cómo contestar y en qué decir, pero confieso que ante tanta candidez no tengo una postura muy definida, pero cada idea de las expresadas se merece un tratado completo.
“Las naciones que se opusieron a Israel” Que yo sepa, un cerro de ellas que les dieron a los “elegidos” hasta en el cielo de la boca: Egipcios, Persas, Macedonios, Romanos…hasta los Ingleses hasta que se  marcharon dejando la guerrita de rigor bien montada.
“Reveldía contra Dios y sus leyes”. Un pelo cabrito y vengativo el caballero, que ya está bien como castigo por un simple becerro, aunque fuera de oro. Además: ¿Los masacrados por Hitler también tenían culpas heredadas? Una pasada bastante sádica, la verdad.
“Segunda venida” ¿Es que ya ha venido una vez y nos lo hemos perdido?
Querido anónimo: leí hace años esos cuentos de pastores incultos llenos de engaños, incestos, pedofilia, venganzas injustificadas, incitación al parricidio, machismo, desprecio a hijos y mujeres, burlas y contradicciones; lo leí con tanta atención que me convencí de su falsedad, de su intento de manipulación, de  lo absurdo de sus leyes y preceptos: su lectura puso las primeras piedras sobre las que edifiqué un sólido ateísmo con el que vivo desde entonces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario